
Joven, con solo 22 años de edad (nació el 7 de diciembre de 1934), Frank se había convertido en un dirigente revolucionario extraordinariamente eficaz, de elevada capacidad organizativa, valor a toda prueba y excepcionales condiciones de mando.
Bajo su jefatura se llevó a cabo el heroico alzamiento de Santiago, el 30 de noviembre de 1956. Su esfuerzo en la clandestinidad constituyó, más tarde, un factor de decisiva importancia para el apoyo y la consolidación del frente guerrillero en la Sierra Maestra.
En él tuvo Fidel a un compañero extraordinario en las horas más difíciles de la guerra. En Frank País se conjugaron de modo singular la entereza, la inteligencia, el coraje, la entrega total a la causa y la más profunda sensibilidad humana. Como homenaje a tan relevantes méritos ante la Patria, la fecha de su caída ha sido consagrada como el Día de los Mártires de la Revolución.
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